La fibra de llama de ALTAPUNA es única por su extraordinaria suavidad y fineza, surge de un cuidadoso proceso de selección de llamas en la región de la Puna, a más de 3000 metros de altura en la cordillera de los Andes argentinos y de su clasificación de manera manual por comunidades andinas.
La Llama es un camélido domestico originario de América del Sur. Es un animal que se alimenta de pastos que corta con sus dientes incisivos, en vez de arrancarlos como otras especies y en su pie tiene almohadilla plantar en lugar de pezuña, que contribuye a no dañar el suelo.
Estas dos características evitan la desertificación de los suelos que habita, y hacen de la llama uno de los animales productores de fibra con mayor propiedad de sustentabilidad de su medio ambiente.
Una de sus grandes cualidades reside en el aislamiento térmico debido a que la fibra o pelo tiene una estructura tubular, medulada, con bolsas microscópicas de aire que logran retener el calor. Esta gran capacidad aislante la hace muy confortable a diferentes temperaturas. Es varias veces más aislante que la lana de oveja.
La fibra es muy fina, presenta muy pocas escamas y no es rizada; estas singulares características la hacen muy placentera al tacto por su finura y suavidad.
La fibra tiene una absorción muy lenta de la humedad con un rápido secado. Al mismo tiempo es una excelente barrera contra el viento, es no inflamable y se extingue rápido cuando se la expone al fuego sin producir humo tóxico.
Las fibras procesadas por ALTAPUNA no tienen tratamientos químicos, lo que permite una suavidad natural y duradera y, por sus características hipoalergénicas, es muy cómoda para pieles sensibles, resistente a las manchas y con propensión a no arrugarse ya que no es elástica. Tiene una gran gama de colores naturales y por su resistencia al desgaste podrás disfrutar de tu prenda por largo tiempo.